La muralla verde es una película peruana de 1970 dirigida por Armando Robles Godoy.La película ganó el Premio Golden Hugo en el Festival Internacional de Cine de Chicago en 1970 y fue candidata peruana al Óscar a la mejor película de habla no inglesa en los Premios Óscar de 1969, pero no fue aceptado como nominada. Esta página se editó por última vez el 29 jul 2020 a las 15:29. Lo que aumenta es la erosión. La falta de lluvias desde los 70 ha ido degradando la naturaleza. Los animales cada vez deben recorrer mayores distancias para hallar agua. A 250 kilómetros de allí, en una refrigerada oficina en Dakar, el director de la Agencia Nacional de la Gran Muralla Verde, Matar Cisse, afirma que desde la década de los setenta llueve cada vez menos en el norte del país. De hecho, un informe publicado el año pasado por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD) revela que 850 millones de personas en el mundo se ven afectadas por la desertificación. Estos progresos, sin embargo, no suplen la falta de agua. Pero, en los últimos tiempos, el aumento del precio de los alimentos ha cambiado mi situación", dice Haira sentada en el suelo, envuelta en un vestido de color naranja con estampados en azul, mientras calienta una caldera con té de menta. Miles de simientes que, para agosto, cuando la tierra se ha humedecido tras la temporada de lluvias, dan vida a unos 390.000 plantones. «La Gran Muralla Verde»: la lucha contra la desertificación en China Durante los últimos 40 años, la Tierra ha perdido un tercio de su tierra de cultivo debido a la erosión y la degradación. Cada vez hay menos alimentos. Aunque en un principio los esfuerzos parecían concentrarse en la reforestación, el proyecto ha ido evolucionando más bien hacia un mosaico de acciones en consenso con las autoridades locales. El acceso al agua potable ha obligado en las últimas décadas a las poblaciones pastoras a recorrer cada vez mayores distancias en busca de este preciado elemento. Añadida por alonso: Consulte la portada de EL PAÍS, Edición Nacional, del 30 de noviembre Es uno de los primeros ladrillos de la Gran Muralla Verde, el proyecto lanzado en el 2006 por un grupo de 11 países liderado por Senegal que busca crear una barrera vegetal de 7.500 kilómetros de largo, desde Senegal a Yibuti, para frenar la desertificación y el hambre. El testigo de Maathai fue recogido en 2005 por el entonces presidente senegalés, Abdoulaye Wade, quien se puso al frente de la iniciativa de crear una barrera vegetal de 7.500 kilómetros para frenar el avance del desierto a lo largo de 11 países del Sahel. Los peuls, también conocidos como fulanis, son el pueblo nómada más grande del mundo y su gente habita mayoritariamente el Sahel occidental. "Cuando era pequeña caía agua día y noche durante un mes", recuerda Haira con mirada melancólica mientras garabatea con el índice sobre la tierra reseca. Día a día, con cada amanecer, cientos de ellos empiezan a llegar con sus carros arrastrados por mulas y sus rebaños de bueyes, vacas, cabras y ovejas en busca de agua. El hambre y la tradición ahogan el Sahel: "Si la niña se muere, pues se muere". Entonces, desde los indescifrables senderos que comunican esta geografía semidesértica, brotan camionetas y autobuses repletas de voluntarios que llegan para trasplantar estos pequeños árboles a las nuevas parcelas. Ese pedazo de tierra seca que, junto a sus compañeras, ha transformado en una mata verde de donde asoman frutas y verduras de colores. "El jardín nos ha ayudado mucho", dice Haira. En Senegal se han cultivado 20.000 hectáreas de las 817.000 hectáreas que requiere el proyecto que se extenderá a lo largo de 545 kilómetros. Axel Ducorneau, observador de la consultora OHM. Todas las mañanas, antes del amanecer, Haira recorre en plena oscuridad los pasajes de arena de Widou con sus burros para cargar 12 galones de agua en el estanque. "Aquí tenemos patatas, zanahorias, cebollas y melones y otras hortalizas", aclara Haira, orgullosa, mientras el chorro que brota de su regadera desaparece en cuanto alcanza la tierra. Los Encuentros EL PAÍS continúan en formato virtual para acercar a nuestros lectores lo mejor del periodismo y la cultura.